(I)
Ante la opulencia del oro,
la dignidad de un cartón.
(II)
Ante el sobrio, frío, hierro...
el calor del hogar,
de los despojados de techo.
Ante el espacio llano,
que ocupa el apreciado metal,
¡qué refleja vidas!
de las no dispuestas a avanzar,
la vida misma,
con peldaños,
grietas, durezas,
trozos de alma arrancados
del corazón mas firme
... sus alegrías
... sus colores
montaña de vida a cuestas
y bajo la piel, Dignidad