sábado, 15 de diciembre de 2012

¿Tú sabes?

Dijo un sabio:

- Volverás. 
- Volverás al lugar donde has sido feliz.

2 comentarios:

  1. La carga emocional de lo vivido es innegable e inevitable, cuando no se hace necesaria para no perder la evidencia de lo que somos o hemos sido.

    Sin lugar a dudas añoramos los tiempos mejores. Recordarlos en su debida dosis puede ser un gran ejercicio autosatisfactorio que nos aporte algo de bienestar en momentos que tal vez no sean tan regocijantes.

    Pero también creo que entrañan cierto peligro. La vida continua. Nosotros continuamos. Y no siempre dónde uno fue feliz tiene por qué volver a serlo. Además es positivo aceptar que nada es atemporal y queda tal como lo dejamos.
    Tal vez fuimos felices porque éramos como éramos, y nosotros posiblemente tampoco seamos los mismos.

    ¿Volver? Posiblemente si. ¿Volver esperando a que todo sea como era? Creo que no. Sería renunciar a lo que pueda ser. Y no estoy dispueso a ello.

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    Respuestas
    1. ¡Me encanta provocar reacción en el pensamiento! ¡Bien!
      Comparto lo que dices, pero tal vez me gustaría aportar algo más a tu última parte. Difiero en cuanto a lo que dices ya que para mi, “volver”, tiene un sentido más amplio, sobretodo una carga significativa sinónima de “esplendor”. Lo que realmente no quiero decir es que se haya de volver a lo vivido o que solo vivamos del recuerdo. Es todo lo contrario se trata de reforzar como objetivo único el aprendizaje y si cabe también regocijarse en lo recuerdos.
      El pasado es un buen cimiento en nuestra vida. En el presente vivimos y aprendemos de forma inconsciente. Pasado ese presente es cuando muchas veces nos damos cuenta de todo lo aprendido. Esto nos lleva a mantenernos en la máquina del tiempo “volver” sobre el lugar en el que aprendimos. En el tiempo presente fuimos felices, muchas veces no somos conscientes de ello, a de pasar a ser pasado para añorarlo. Y ¿cómo no? regresar sobre algunos de esos lugares aunque sea de forma momentánea y para recibir al menos un rayo de sol. La luz no es igual en todos los lugares. Las personas no están o han cambiado, pero la esencia perdura.
      Cuando “vuelves” nuestras pupilas se cubren, el corazón se acelera y sentimos la felicidad que tuvimos, porque hasta los momentos menos gloriosos también lo fueron.
      Y no se vuelve para quedarse anclado en el pasado, buscando lo que fue, y renunciando a lo que será. Se vuelve para coger impulso y avanzar…
      Esa es mi filosofía, “¡Volver, coger aire y, Avanzar!”

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