domingo, 27 de enero de 2013

Maruru (Segunda parte)

Mijaíl Lariónov, Desnudo azul, 1908. 
La humedad del cielo caía sobre el asfalto impregnando de frío todo lo que tocaba a su caída.  Nela en su escalofrío, cambió el ritmo de sus pasos, su mente también dejó el pensamiento y entró en busca de algo. Allí, en la nueva galería encontró calor. Tensionada por la cercanía del resto de asistentes, con atención observó, antes a los que allí estaban, que a las obras. Poco a poco, sin conciencia de ello, relajó su tipo y se dejó arrastrar por la calidez de los lienzos. La magia del artista llenaba con colmo los lienzos de vida, aproximándose  a la realidad del color.

El corazón acelerado, embotaba el cerebro y se perdía dando ordenes a los sentidos, no guardaba rigor su mirada, a la izquierda, otra vez a la izquierda, al frente, vuelta sobre si misma, giro de nuevo, era mucho lo que llamaba su atención.
A Nela la alcanzó la lucidez y pensó en la lluvia de pinceladas que dibujaban el movimiento del pincel, mantiene el ritmo y la dirección encadena colores unos a otros transformándolos en formas vivas.
Gauguin, libera la pintura de cualquier forma académica,  otra forma de sentimentalismo, perdura a través del color, su expresión es libre, siente y es creador!!

- Intentas aprender Nela, escuchó.
- Si, contestó, sin apenas moverse de su espacio, como si ya conociera al que la habló.
- Si, repitió, quiero liberarme como la pintura de cualquier forma académica, quiero salir del sistema sin ser vista, dejando la puerta abierta para entrar y salir de la realidad.
- Y ¿cómo lo harás?, lo sabes,
- Si, sin mantos  invisibles, sino con una capa de color a plena luz del día, con otra capa de estrellas en las noches más oscuras y tupida de flores los días grises.

Avanzó Nela por el recorrido, reparó en la Ciudad árabe de Kandinsky, viajó en el exotístimo Tahitiano de Gauguin y se sentó ante El desnudo azul. Allí estaba colgado, compartiendo espacio, ajeno a las otras pinturas, ésa, era para ella, la sensibilidad de Lariónov, era ella misma  a la salida de su sueño. Se había reconocido. Ahora ya estaba en pie, empezando a caminar.

Apartó su mirada de tanta belleza con dolor y algo traspuesta siguió transitando entre color y formas humanas,  tomó notas, referencias, guardó imagines en su retina, y
en algún momento en su antebrazo, con trazo irregular, encontró escrito, Be in love and you will be happy...

1 comentario:

  1. Citando a Erich Fromm. En El Arte de Amar:

    "El amor intenta entender, convencer, vivificar. Por este motivo, el que ama se transforma constantemente. Capta más, observa más, es más productivo, es más él mismo."

    Vivir enamorado, o amar en más amplio sentido; no sólo significa amar a una persona. Significa amar la vida, las circunstancias, las formas ... quien es capaz de amar y sentir el dolor de amar, es también capaz de sentir la alegría de vivir. No se puede vivir un polo sin conocer su opuesto.

    Quien vive en una tabla rasa, en una tabla rasa se convierte. Inaccesible, fría, apática.

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